El mar es un concepto enormemente evocador en Galicia, pero nuestra relación con él casi nunca ha sido fácil. Tal y como cuenta Vicente Irisarri, en la década de 1960 el mar significaba riesgo y muerte en la pesca, trabajo en los astilleros y en la marina mercante, familias separadas por la emigración… El mar era un lugar peligroso, y lo mejor que se podía hacer era mantenerse alejado de él.
Y entonces llegó el surf. Que un grupo de amigos se lanzase al océano a coger olas, se vio al principio como una excentricidad, una práctica contraria a las costumbres consideradas como correctas en la sociedad de aquel momento. Una pequeña revolución.
Otro mar recorre el espacio temporal transcurrido entre 1967 y 1983, los primeros quince años de surf en Galicia, a través del testimonio de sus protagonistas. Un grupo de hombres y mujeres valientes, curiosos, hábiles… Personas que se lanzaron tras un deseo sin apenas referentes que les guiasen.